pocas horas lúcidas, extraño método de ahogar la
sed, aquí, lejos de tu lágrima ♫♫♫
Había caminado sola bajo el sol en muchas ocasiones, la brisa había pegado en sus mejillas y el canicular astro había acariciado su piel en la soledad de esas calles llenas de gente, estaba fingidamente viva y esporádicamente feliz… Sin embargo, nunca había soñado despierta bajo la lluvia como aquella noche antes de mayo, no recordaba que la tomaran de la mano, tampoco que le dieran un abrazo espontaneo en una calle oscura de transeúntes mojados, no tenía ya presente un cariño genuino, no así como esa noche en que ambos decidieron encontrarse entre la muchedumbre muda.
Llegaron los encantos volátiles, frágiles y engañosos, las ilusiones hipócritas aceptadas por miedo e inseguridad, fantasías sin espacio, no se tocan, no se miden, no existen, con las horas ya han desaparecido, eso les pasó; en lo absurdo de lamentarse, en el después pierden ganas, vuelve todo al nivel de las esperanzas vanas, de las mentiras creídas a voluntad propia. Han soñado tanto que en el cansancio de los años cualquier invento mental se convierte continuamente en la misma pesadilla, agotados tratan de salir enteros pero quedan desmembrados por completo… Sí, todo a mera voluntad, a riesgo, sabiendo que no llegará.
Incesante vicio, circulo sin salida, repetición eterna, cansancio permanente, la experiencia ahí para ser aprendida y ellos negándose a la vida misma.
Vivir con miedo no fue la vida que esperé per es la vida que tengo, antes de dormir recuerdo que sobre el asfalto camino en recorridos de terror y espanto. Mis piernas tiemblan entre la marea de las palabras, sonidos incesantes y letras interminables que taladran mis más profundos sueños y mis superfluas realidades.
Estoy helada en pánico petrificada viviendo aquello que siempre rechacé; aún así tengo que agradecer al miedo y a las circunstancias que lo provocan porque son mi única salvación de existencia, al menos la más segura y evidente posible.
Tengo que callar reniegos, ser paciente y cautelosa, tengo que acomodarme a los vicios y las mañas del mundo para mantener en él y vivir de la manera como aparentemente se vive la felicidad, así encajar en el ambiente adverso. Tengo que jugar a convencerme, tengo que luchar por ser igual al otro cuando realmente lo que amo es lo diferente en mi, tengo que simular que me amo mientras lo que hago es negarme en la búsqueda impaciente de lo que quieren ver en contraste con lo quisiera ser de verdad… YO.
Tengo que renunciar a pensar y a sentir, tengo que despersonalizarme para ser un número más, tengo que regalarme a ser medida, tengo que enajenarme de mi locura y pasar a ser otra cuerda más, eso es crecer.
¿Puedes decirme cuando es mañana?
No crees que es otro de aquellos momentos para despojarnos de vicios, no consideras preciso que caminemos agarrados de la mano hasta el sol?
Entre más cierto sea el caos, la miseria, la desesperación y las incertidumbres, más cerca estaremos de la decadencia definitiva de las palabras malditas… Las costumbres terminan por acabar las predicciones, las hacen nimias, las ponen en ridículo. Tienes irremediablemente que levantarte.
El paraíso llegó y está en nuestras manos, simplemente hoy somos dueños de las consecuencias; ahora puedes seguir hundiéndote a tu parecer, ya lo sabes todo, puedes mirarte al espejo o mirar por el retrovisor, si quieres también proyectarte infinitamente en el agua del cielo. Si has de seguir siendo paria yo ya nada tengo que ver, a las cartas hemos jugado una y otra vez, es momento de terminar la partida; mi casino ya cerró!
Si yo careciera de imaginación hay algo que no tendría sentido y que no soportaría… sabes qué es?
No existirías, me privaría del goce de recorrerte en mis sueños de vigilia.
Tendría que forzar la consciencia, conducirla a una falta de cordura progresiva; no imaginarte es como perderme, como terminar con las esperanzas de un solo tajo.
Sin embargo, si es lo que quieres también pudiera hacer que me quede sin palabras, podría callar, si el silencio esta más cerca de tu felicidad.
Podría no mencionar más esta letanía de cursis melocerías, podría ponerme una mordaza, cortarme la lengua y amarrarme de pies y manos para no salir a buscarte. Podría dejar de ser esta pobre mujer ridícula irremediable.
Mil26 besos que te daré a lo largo del día, repartidos en lo corpóreo y lo etéreo, tu humanidad por completo, todo lo que sos…
Mil26 caricias, estos mimos dulces guardados exclusivamente para vos, tan delicados como pasionales…
Mil26 miradas que brillarán entre oscuridades, furias y distancias que lograrán disiparse en tu nombre…
Mil26 sonrisas a carcajadas, marcadas por las líneas de tus palabras dándole sentido a las mías, es eso lo que hoy te quiero dar…
Mil26 palabras serán las que te regalaré como mínimo el día de hoy, mil 26 pedacitos de mi idioma para decirte y repetirte al oído o en esta pantalla que vos sos el sol.
Calamidades utópicas contadas con los dedos de los pies que finalmente no me alcanzan; alentada en el deseo de la perversión distante y de la distancia misma. Pantallazos a modo de flash con intermitentes toques de camaradería simulada y ajena; extasiada, encarnizada en la obsesión, "desquicios" al amparo de tus besos y sonrisas. Noches de tiempo incongruente, inconmensurable, a veces mucho a veces poco, sensación de sitios paralelos, de caricias y miradas sin cuerpo, sin ojos… algo más cercano a lo que si existe podría llamarse alma.
Dinámica dinamita se esparce por mi corriente sanguínea, a punto de estallar, en cualquier momento esperando el movimiento repentino, el click del otro lado de la montaña. Enciende en llamas fluorescentes el pequeño pecho de la princesa que habla sola; inconformismos a muerte como fantasmas asechan las ventanas del espacio “sideralizado” de la mujer niña, de la madre, de la hija, de la hermana, de la amante, del individuo, del yo… de ELLA.
Yo daría, lo mejor, de mi vida,
Por estar con vos,
Y podría, reparar mi alma herida,
A la luz del sol.
No es tan cierto,
Que yo vivo como quiero,
Más bien hago lo que puedo,
Viviendo a la sombra de tu amor.
Las miradas,
Que cruzamos son palabras,
Con el corazón,
No hay secretos,
Hoy tengo el cielo por mirarte
Y ningún dolor.
Sin embargo,
Sigo siendo un distraído,
Como cuando era un niño,
Dejando mariposas escapar.
Si te vas, no tengo nada,
Si te quedas puedo hasta el mundo cambiar,
O quizás, no habré crecido,
Dejando mariposas escapar.
Yo daría, lo mejor, de mi vida,
Por estar con vos,
Y podría, reparar tu alma herida,
A la luz del sol.
Sin embargo,
Sigo siendo un distraído,
Como cuando era un niño,
Dejando mariposas escapar.
Si te vas, no tengo nada,
Si te quedas puedo hasta el mundo cambiar,
O quizás, no habré crecido,
Dejando mariposas escapar.
Si te vas, no tengo nada,
Si te quedas puedo hasta el mundo cambiar,
O quizás, no habré crecido,
Dejando mariposas escapar,
Dejando mariposas escapar,
Dejando mariposas escapar.