sábado, 5 de junio de 2010

En camino del camino.

Había caminado sola bajo el sol en muchas ocasiones, la brisa había pegado en sus mejillas y el canicular astro había acariciado su piel en la soledad de esas calles llenas de gente, estaba fingidamente viva y esporádicamente feliz… Sin embargo, nunca había soñado despierta bajo la lluvia como aquella noche antes de mayo, no recordaba que la tomaran de la mano, tampoco que le dieran un abrazo espontaneo en una calle oscura de transeúntes mojados, no tenía ya presente un cariño genuino, no así como esa noche en que ambos decidieron encontrarse entre la muchedumbre muda.

Llegaron los encantos volátiles, frágiles y engañosos, las ilusiones hipócritas aceptadas por miedo e inseguridad, fantasías sin espacio, no se tocan, no se miden, no existen, con las horas ya han desaparecido, eso les pasó; en lo absurdo de lamentarse, en el después pierden ganas, vuelve todo al nivel de las esperanzas vanas, de las mentiras creídas a voluntad propia. Han soñado tanto que en el cansancio de los años cualquier invento mental se convierte continuamente en la misma pesadilla, agotados tratan de salir enteros pero quedan desmembrados por completo… Sí, todo a mera voluntad, a riesgo, sabiendo que no llegará.
Incesante vicio, circulo sin salida, repetición eterna, cansancio permanente, la experiencia ahí para ser aprendida y ellos negándose a la vida misma.