sábado, 18 de septiembre de 2010

Quiero y no quiero.

Yo no quiero pensarte con desespero,
no quiero el mismo error repitiéndose innumerables veces.
Yo quisiera sentirte en mi tranquilidad,
me gustaría anhelarte con el deseo preciso, ni más, ni menos.
En este instante me haría falta descansar
con la mente despejada pero tú estás ahí,
dando vueltas y merodeando entre mis laberintos.
Mi cuerpo se levanta, mi cuerpo se acuesta,
mi cuerpo se pierde en mi propia existencia;
intento buscarte pero no tengo donde encontrarte.
No quisiera ser simplemente y como siempre
la misma tentación, ese objeto del placer,
no quisiera noches apresuradas
y despertares sin amanecer, no quisiera
apagar llamas fugaces teniendo que olvidar
el calor oportuno de una compañía.
Quisiera tenerte en mis ensimismamientos
pero sin angustias, sin afanes, sin idealizaciones;
quisiera tenerte como eres, en el camino
de un andar sutil, delicado y natural.
Quisiera saludarte y despedirme siempre
con una sonrisa, de frente.

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