Son las hojas que escribí ayer,
El lenguaje que quedó en tu piel.
Fue la tinta a toda intencion
De dejarte lo que soy.
Poco a poco
Ganó mi ocio
Cuando veo ya no estás y me quedé hasta el final.
Y me creí tan especial
Qué ingenua mi torpeza
Y me sentí tan esencial
Qué ingenua mi vergüenza.
Me olvidaste,
Por mi parte,
Qué mediocre.
Me encanta escucharte hablar
Qué elegancia hacerte sentir mal
Sólo quiero que quisieras hoy
Demostrarte lo que soy.
Poco a poco
Ganó mi odio
No quisiste algo más y me quedé hasta el final.
Me creí tan especial
Qué ingenua mi torpeza
Y me sentí tan esencial
Qué ingenua mi vergüenza.
Me olvidaste,
Por mi parte,
Qué mediocre.
Me rasgas en pequeñísimas tiritas como si yo fuese de papel, como la hoja escrita que ya no sirve, sin poder ser reconstruida, volando desperdigada por el aire en formas diminutas busco entre basuras lo que pueda recuperar de mi, ni seré entera, ni tendré forma; ya no es igual.
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