martes, 12 de junio de 2007

Pensamiento 1.001

Acaricio tus cabellos castaños, son delgados y suaves. Paso mis manos por tu rostro, tienes los ojos cerrados pero se que son de color miel. Recorro tu nariz perfilada y puntiaguda, tu boca es pequeña de labios rojizos parece jugosa, provoca darle un beso. Tienes un barba insípida, de esas que parecen descuidadas pero que inevitablemente me recuerda lo hombre que eres, sí es una cosa enteramente seductora. Tu cuerpo callado me esta llamando, solamente yo puedo escucharlo; tu no te das cuenta pero me inspiras tomarte entre mis brazos y cercarte con un nudo entre mis piernas. Intento guardar los instintos, no pretendo parecer una fiera irrazonable. Pero tu me sigues provocando, estas distante y yo sigo pensando capturarte en mi pasión.

La verdad es que no me conoces, eres la victima inocente de mis cavilaciones animales. No se te pasa por la mente nada de lo que pienso lo se, estas muy lejos para poder sentirlo. Me temerías, huirías al confesarte que no es solo pasión. No tiene explicación es una locura pero es amor; y lo es porque todo esto es también ternura, dulzura, admiración, sentimiento, dolor, corazón, ensoñación, incertidumbre, celos, placer, decepción, envidia, tolerancia, fe, amparo, consuelo, amistad y mucha, mucha esperanza…
Y este a lo mejor tiene nombre y apellido,
que más da así lo supiera se puede hacer el loco.
Y es que tampoco me importa mucho, fue una tarde
un ejercicio en clase y estaba simplemente pensando en él.

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