EL AMOR QUE YA NO AMA
Callada soledad por un distante camino hacia tu ser; voy caminando entre las astillas que ha dejado este tiempo en el que se ha vuelto imposible olvidar.
Calaron tan hondo nuestros momentos que los llevo tallados aquí en mi memoria, tanto me torturan, que se comportan como el verdugo que va asesinando
lentamente mi paciencia y mis ganas de seguir luchando en un mundo donde ya no apareces tú.
Una infinita desolación y un desconsuelo criminal, van fatigando cada paso que doy hacia un futuro desvirtuado y nebuloso. Sin tu aliento desaparece el camino que me tenía trazado recorrer, es entonces cuando entristece mi alma y
me voy quedando dormida para ver si mis sueños son más generosos que mi realidad.
Soñé entonces levantarme en un jardín de flores amarillas, vestida de blanco, estaba con él, me tomo de la mano, acaricio mi rostro y me beso. Laxa entre la delicadeza de una brisa calida pero a la vez refrescante, sumida en una paz sin igual me sentía inmortal a su lado; no quería que ese instante terminara. De un momento a otro se sacudió la tierra, él me tomo fuerte entre sus brazos y yo a pesar del remezón me sentía absolutamente protegida, era como estar con mi ángel guardián y quizás si hubiese muerto en ese ínstate habría ido directamente al cielo. Nunca supe que me paso, sólo sé que al volver a esta realidad él ya no me acompañaba y fue entonces cuando entendí la profunda tristeza que causa el amor que ya no ama.
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