***ME GUSTÓ ESTE CLIP QUE ME ENCONTRÉ DE LA CANCIÓN, CREATIVO.
(“REALIDAD FICCIONADA”)
Aquella mujer que conocí, esa de la que me interesó en algún momento su vida escribió esto a uno de sus amores:
“Si te tuviera sería una excusa, así te amara seguiría siendo una excusa porque todo en mi vida lo es ahora; no basta con que te piense incesantemente, ni importa todo lo que pueda extrañarte. He llegado a apartarme del mundo, los amigos escasean porque voluntaria y progresivamente los he ido dejando a un lado, he desaprovechado su ayuda sumida en mi propia soberbia, llegan ocasiones en que simplemente no quiero saber nada de nada, ni de mí, ni de los demás. La vida normal se reduce, se va limitando a tan solo unas pocas relaciones humanas diarias, la nulidad de acciones es el corriente episodio de la cotidianidad, los enlaces virtuales a los que me sometía también han ido desapareciendo. No sé si me limito a voluntad o si es que ya no soy de mí y un dominio como fuerza oculta, como fantasma e intruso me ha encarcelado, tanto que ni los otros, ni yo lo hemos notado cabalmente, no como para darle vuelta total al asunto. Hay horas de sueño en el día, horas de insomnio en la noche, ratos de gastritis estomacal, ataques de tos y otros de nauseas, me conduelo, me victimizo, me vuelvo cada vez mas hipocondriaca; hace una semana quizás no me duele la cabeza, creo que como me pareció que estaba mal hacer una vida normal ahora trato de hacerla lo más anormal posible para poder seguir justificándome tercamente en pretextos inventados y descarados. Ha desaparecido todo el mundo y todos se han olvidado de buscarme, no hay quien me rescate ¿Qué digo? fui yo quien desapareció, borré y esfumé mí propia vida para con los demás, es que en verdad hastíe a la humanidad con mi discurso pesimista en exceso, fastidié tanto que yo misma siento no querer estar más conmigo, quisiera desprenderme y simplemente volar.
No quiero salir de acá y solo espero tu visita, tu llamada… anoche te soñé, fue tan vívido que al despertar llegué a pensar que realmente si había sucedido aquel evento onírico. Sentí mucha felicidad, hace días no sentía eso y en sueños me brindaste un poco; miserable y desapegada de mi propio querer me siento al pensar todo así, indigno es cavilar sobre una felicidad que dependa de un acto tuyo, un acto que sería más de pesar que de otra cosa ¿Pero qué pienso? Tú no tienes caridad, no la tienes por mí pues no llegaste a quererme como para hacer algo así fuese pequeño por mí, no sé si lamentarme o congraciarme por esto. Cada vez quiero menos lo que antes quería, ya no pretendo ni el 15% de lo que regularmente aspiraba, diría que no has llegado en un buen momento, aunque pensándolo bien quizás para mi no hay buenos momentos desde hace mucho, generalmente termino interrumpiendo el continúo trasegar de los acontecimientos de la vida.
Cada día quiero levantarme y rehacerme, comenzar de nuevo, caminar por el sendero del futuro, el que fuese y como viniese, pero poco a poco los minutos logran apagar la llama incipiente de mis motivaciones y resulto cayendo un poco más hondo que el día anterior. Me canso, me enfermo de estar así y ya por mi humanamente no sé que hacer ni que pensar, yo por mi no doy para más, no más allá de mantener estática viendo pasar este tiempo que desgarra, quema y enmudece, NINGÚN CONSEJO HASTA AHORA ME HA SERVIDO”.
María Elena
2 comentarios:
Para aquella mujer que conociste... "Hay una historia acerca de un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: "Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo". El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?" Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: "¡Es terrible, tu único caballo se
escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!". Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".
Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: "Es tan maravilloso, ahora tienes
muchas posesiones". El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas
palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?". El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles. Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas. Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: "Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo". El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?". Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por
allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo
sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los
jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.
Entonces, cuando parezca que tu mundo se está derrumbando a tu alrededor y no puedes encontrarle ningún sentido a lo que te está pasando, siempre recuerda que no conoces la película completa y recuerda también las palabras del viejo sabio: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?"."
leí tu post y todo el comentario de DITO... me voy contento porque he aprendido algo, he aprendido sobre el pesimismo y el optimismo... gracias.
Un saludo del Dr. Cossete (hace rato no pasaba por aquí)
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