domingo, 11 de enero de 2009

FRIO


¿Recuerdas lo que añorábamos para una noche fría como esta?
El aguacero arrebatado cae insistentemente sobre esta ciudad tan solitaria y llena de gente a la vez. La urbe de los amores y los odios, las calles con cicatriz, los olores, los colores, las sensaciones que desentierran tanto de mi, de mi vida, por los rincones recorridos en caminatas lentas y delicadas aparece mi existencia en formato cinematográfico. En cada esquina un recuerdo, en una parada me desgarra y en la otra me devuelve la ilusión, los latidos se aceleran, los episodios de vértigo se intensifican a cada paso, en el estomago un sube y baja, la respiración apurada agota mis pulmones.

Esta noche, esta bendita noche de lluvia que me obliga a recordarte me trae a la mente nuestras largas conversaciones, los anhelos, las ilusiones, lo que esperábamos… lo que nunca pasó. Nos quedamos esperando demasiado, quedo faltando más, paramos a media marcha; esos vacios que siempre existieron y que nos negamos a ver acabaron con todo a su paso clavando una daga en lo profundo de los sueños continuos en que transitábamos, pensándolo bien, ese fue el error definitivo y contundente.

¿Pero cómo dejar de soñar? Yo no puedo, no me interesa, no sería capaz, va en contra de lo que soy. Me resisto pensar que hay que matar el sentimiento, lo espero de nuevo, se que retornara quizás en otro rostro y en otra mirada, sin embargo, también tengo una certeza, es que… simplemente sin él, sin mi enamorado corazón yo simplemente no puedo vivir.

2 comentarios:

Caselo dijo...

No no puedes vivir sin tu enamorado corazón porque de una u otra manera acabas de dejar fluir su sangre acumulada en este texto. No hay nada más reconfortante que permitir el paso de las palabras con toda la fuerza necesaria. Las calles de tu ciudad fueron testigos de ese caminar bajo la lluvia. Seguramente aquellos ecos fueron los que llegaron a ti traidos por la lluvia. Golpearon tu ventana y al escucharlos una emoción intensa te obligó a escribir. Sigue soñando, no pares, a la vuelta de la esquina siempre habrá un farol encendido

Un abrazo de oso y un beso de mago

Carlos Eduardo

Unknown dijo...

glup glup. raro unos ojos congelados, una mano gris, te vas mientras llegas debajo de radiografias de la mente, la lluvia, los gatos ladrando a la luna.