Un encuentro esperanzador

Si, me muero por decir otra vez y reconciliarme un poco con el pasado; mirar aquellos ojos redonditos como la luna y saber que el vaivén aún existe. Sentir de nuevo esos brazos que rodean disimulada y sutilmente mi proyecto de cintura. Saber que a pesar de mí y de vos todavía no nos olvidamos y que quizás jamás estuvimos lejos, darme cuenta que una sonrisa lo cura todo y que ambos estábamos esperando que llegara un nuevo momento porque el tiempo es un sabio indiscutible.

Un aliento del ayer que devuelve el sueño a los sentidos apagados de una rara esquizofrenia, el pretender resucitar en tus brazos es envolverme en un poco de la gloria celestial y el retornar a esas utopías chapadas a la antigua que no son posibles de creer con la mayoría de los mortales. Gracias porque hoy me devuelves un poco de la vida misma, de lo que fui y de lo que soñé algún día.
Un fragmento de noche etérea basta hoy para tener una esperanza y quizás de esa esperanza pueda vivir un poco más, tus ojos, tus abrazos, tu ternura, comprensión y apoyo hoy lo curan todo un poco y devuelven a mi rostro un vestigio de felicidad. Se le quiere de la nada y por la nada…