Título pendiente... me ayudan?

Es así de sencillo, aún basta con cerrar los ojos y la imaginación me transporta hacia vos. No has pasado, no pasarás tan fácil permaneces y permanecerás, los buenos recuerdos nunca se olvidan así hayan estado encapsulados en una noche. Todo y nada paso te conocí por fin y me entendiste más de lo que pensé alguna vez. Reímos, hablamos, nos miramos y dormimos… fuimos amigos, confidentes y la intimidad que antes no existía apareció para hacerse nuestra cómplice y así afloraron nuestras verdades. Nos vimos inocentes y etéreos sin mascaras o camuflajes, caminamos entre las horas que desnudaron nuestras almas para hacerlas amigas al comprenderse entre los que van y vienen por nuestras vidas y sobretodo por aquellos que permanecen. Las buenas memorias son lo mejor que nos queda del tiempo, de ellas podemos rehacer historias y despertar aquello que parecía dormido dentro del espíritu. Hoy me asaltó el pasado y uno añoraría que todos los recuerdos fueran como este que ahora pasa por mi cabeza, vos sos una buena disculpa de mí ayer para reavivar el animo y no perder las esperanzas, tan sólo rememorar una sonrisa y una voz sincera pueden hacer que hoy a pesar de todo pueda dormir con una sospechosa tranquilidad.

Válvula de escape

Una noche, un café, un tedio y las horas que corren todo puede parar pero el tiempo no. Hoy estoy en esos días en los mismos de siempre, en los que no dan ganas de teclear cualquier cosa que sea para trabajo; noctámbula, dejada, mirando la pantalla con la hoja en blanco divagando entre pensamientos que de nada sirven en el momento. Así empiezo este escape inmerso en la virtualidad, espero y auguro frutos terapéuticos como le dije a una buena amiga, ¡escribir, escribir, escribir… eso de algo servirá!