En el momento exacto del ahogo se me pasó la vida por delante, así tal cual reza el popular dicho; logré toser tres veces pero sentía que con una inhalación profunda de aire no alcanzaría apaciguar la asfixia repentina. Estaba sola, recostada en la cama intentando ver una película clásica, sin embargo, no había logrado concentrarme bien y justo en el inicio del desenlace entre en aquella crisis. Cortina sonora de opera italiana, intercalados asesinatos, imágenes retro; este calor es lo que me sofoca intensamente, me sigo retorciendo en el intento de respirar normalmente, poco a poco lo voy logrando, aún no ha llegado mi hora no debo exagerar a sabiendas de que esto es solo una tos carrasposa y fastidiosa.
Un buen conocido me dice que soy hipocondriaca, él se ha dado cuenta como los demás, a mi siempre me duele algo y no es que me lo invente, simplemente lo siento. No es nada, ya pasará, como todo pasará… es medianoche y el sueño esta demorando más que en esta última semana, tengo un poco de ansiedad, he vuelto a ciertos “vicios”, no son tan malos pero hubiese sido mejor abandonarlos del todo, he retornado. Bueno, pero no me acongojo tanto, está bien así pues soy de cierta naturaleza y no pienso renunciar a ser yo porque a pesar de todo, de mi misma y de mis autoflagelaciones me gusto, me gusta ser esto, la única, autentica, analítica, (entre otras cosas) ANELIM.